martes, 10 de mayo de 2016

PUEBLOS Y BARRIOS ORIGINARIOS ANTE LA REFORMA POLITICA,


El sábado 7 de mayo DEL 2016 A las 10:00 en la Sede del PRD-CDMX ubicada en Jalapa 88, esquina con Colima, colonia Roma, Delegación Cuauhtémoc se presentó la Plataforma Programática del Partido de la Revolución Democrática impulsada por los pueblos originarios y barrios de la Ciudad.

Nelly Juárez es la candidata que le da voz e impulso a esta Plataforma en el proceso de conformación de la Asamblea Constituyente en la CDMX.



LOS PUEBLOS Y BARRIOS ORIGINARIOS ANTE LA REFORMA POLÍTICA, LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y LA  CONSTITUCIÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
EXIGIMOS

UN NUEVO PACTO SOCIAL ENTRE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y EL ESTADO
La Asamblea Plenaria, órgano máximo de representación de la Convención de los Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México, el 1 de febrero del presente año, mandato a la electas Comisiones de Seguimiento; Representación; de Seguimiento y de Difusión a ejecutar los resolutivos de la misma. En cumplimiento  de lo anterior se presenta la siguiente redacción de posicionamiento político de la Convención:
CIUDAD ORIGINARIA
La Ciudad de México fue el lugar de asentamiento de importantes regiones, ciudades y pueblos ( Ikniuhyotl, Huey Altepetl, Altepetl, Tlaxicallis y Calpullis): México Tenochtitlan, México Tlatelolco, Tlacopan, Azcapotzalco, Culhuacán, Ixtapalapa, Xochimilco;  Tláhuac, Coyoacán, Mexicaltzinco, Huitzilopotchco, Tlalpan, Coatlayahucan, Atepetlac, Cuauhximalpan, Ixtacalco; Tacubaya, Mixcoac, Cuauhtepec, Ticoman, Mixiuhca, Tepetzinco,  Xochiac, Ameyalco, Tizapan, Tenanitla, Xantepec, Totolapan, Atlitlic, Ocotepec, Tlacotenco, Atocpan, Malacachtepec Momoxco, Axochco, Petlacalco,  entre otros.  Estos  tienen una gran importancia, muchos de ellos se establecieron y tuvieron gran esplendor antes de la propia llegada de los mexicas y eran herederos de culturas milenarias. A ello se debe la gran riqueza cultural de nuestra ciudad.
Esta es una condición extraordinaria a diferencia de otras ciudades, nuestra Ciudad fue preconcebida por sus fundadores, quienes realizaron un caminamiento (peregrinación) durante más de doscientos años, con la firme convicción de asentarse en este territorio de inspiración y mandato ancestral. La cual es fundada en 1325 como la Huey México Tenochtitlan.
QUIENES SOMOS LOS PUEBLOS Y BARRIOS ORIGINARIOS
Somos los legítimos descendientes de esos señoríos y pueblos indígenas, hemos habitado este territorio y dado continuidad histórica a nuestras instituciones políticas, económicas, sociales y culturales. Así mismo, damos sustento y fundamento a la historia de nuestra nación. El patrimonio y la riqueza de los pueblos y barrios  son la cimiente de la grandeza de nuestra Ciudad: la tierra, el territorio, el idioma náhuatl, los recursos naturales, el patrimonio cultural, la mano de obra, las creencias, las fiestas y el misticismo son la base fundacional de esta gran urbe.
El usufructo, uso, posesión y tenencia de la tierra tuvo un origen colectivo y nos fue otorgado por las autoridades prehispánicas y nuestros ancestros. Este derecho fue parcialmente reconocido por las autoridades coloniales, por la República y la Nación Mexicana.
SITUACIÓN ACTUAL
La política de Estado, desde la invasión, respecto a nuestros pueblos, también llamados primeras naciones,  ha sido de despojo, exclusión, discriminación y un proceso de asimilación impuesta de nuevos sistemas, basada en los intereses personales o de grupo y no en los comunitarios.
Las 16 delegaciones políticas se establecieron en nuestros territorios, estamos presentes en todas las demarcaciones territoriales.
Somos los pueblos indígenas originarios más despojados y devastados de nuestro país, la política de Estado que concibe una modernidad mal entendida y un desarrollo urbano demencial y lucrativo,   llevó a la extinción de varios de nuestros principales señoríos y hermosos pueblos.  La nueva división territorial fue dirigida a desaparecer nuestros pueblos y sustituirlos arbitrariamente por colonias, zonas residenciales y unidades habitacionales.
A tal grado ha sido la exclusión política que la actual Ley de Participación Ciudadana desconoce a los pueblos de 12 delegaciones.
La viabilidad y sustentabilidad de esta gran ciudad, depende en gran medida de nuestros recursos naturales, sin embargo, la mayoría de los planes de desarrollo han sido impuestos y contrarios a nuestra existencia. Los megaproyectos, unidades habitacionales y cadenas comerciales  de las trasnacionales  que se han impuesto autoritariamente han sido motivo de conflictos sociales permanentes. Incluso se ha usado la violencia en nuestra contra.
Durante tres períodos legislativos, nueve años, les hemos entregado tres anteproyectos de Ley.  A partir del 2013, de acuerdo al Dictamen acordado por la ALDF con todas las instituciones de gobierno y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, trabajamos integrados en el Comité de Mecanismo en el Anteproyecto de Ley de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes del Distrito Federal, el cual fue entregado el 23 de marzo de 2015 a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal,  VI Legislatura, en la cual se exige el reconocimiento de nuestros derechos colectivos. Sin explicación alguna, a diferencia de muchas otras leyes y a pesar de que se cumplió con el derecho a la Consulta Indígena,  NO FUE APROBADA. Ni  siquiera fue discutida por el pleno.
En la misma tesitura, nuestro patrimonio cultural, material e inmaterial,  ha sido objeto de despojo y discriminación, en aras de la falsa modernidad han pretendido desaparecerlo o utilizarlo para otros fines. Nuestros centros ceremoniales, lugares sagrados, monumentos históricos coloniales, nuestros caminos, símbolos, nuestra memoria histórica, lenguas nacionales (náhuatl principalmente), medicina tradicional mexicana, creaciones y recreaciones artísticas, música, danzas, atuendos, historias, leyendas, mitos, literatura, rituales, alimentos, productos y formas de producción como las chinampas, entre otros, han sido prohibidos, minimizados y no valorados por el estado. Incluso muchos de ellos desaparecieron y están en proceso de recuperación.  Los que aún se conservan ha sido gracias a la resistencia de nuestros pueblos.
REFORMA POLÍTICA Y  CONSTITUCIÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO
En el 2016 se aprobó la Reforma Política y se ha abierto ya un proceso para la integración de la Asamblea Constituyente, la cual tendrá como principal función la revisión del Anteproyecto de Constitución de la Ciudad de México, que presentará el Jefe de Gobierno ante la misma.
Cabe mencionar que en todo este proceso se violó nuestro derecho a la consulta conforme a los acuerdos y convenios internacionales. Así mismo, limitan nuestra participación político electoral a los partidos políticos o en candidaturas independientes en las cuales se piden requisitos  y condiciones totalmente ajenas a nuestras formas de organización y representatividad.
En Enero de 2017, la Asamblea Constituyente deberá aprobar la Constitución Política de la Ciudad de México.
Sin embargo, la reforma política al artículo segundo Constitucional, abre la posibilidad histórica de legislar sobre nuestros derechos y que en la Constitución de la Ciudad de México se garanticen.
A cien años del Constituyente de 1917,  posterior a la Revolución, la cual exigía para nuestros pueblos Tierra y Libertad, entre otras cosas. Y a  20 años de los Acuerdos de San Andrés Larrainzar. Los pueblos originarios declaramos:
HEMOS SIDO, SOMOS Y SEREMOS PUEBLOS ORIGINARIOS.
ESTA ES NUESTRA TIERRA; NUESTRO TERRITORIO.
POR LA AUTONOMIA Y LIBRE DETERMINACIÓN.
JUSTICIA Y LEY PARA NUESTROS PUEBLOS.
SOMOS Y SEGUIREMOS HACIENDO HISTORIA.
HOY ES NUESTRO TIEMPO, ESTA ES NUESTRA OPORTUNIDAD.
 EXIGIMOS
RECONOCIMIENTO JURÍDICO.
La Constitución debe reconocer en primera instancia que la Ciudad de México tiene una composición pluriétnica, pluricultural y multilingüística sustentada originalmente en nuestros pueblos indígenas originarios, somos los descendientes de las poblaciones que habitaban en el territorio actual de la Ciudad de México al iniciarse la colonización y conservamos nuestras propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas. En la Ciudad de México, los pueblos indígenas nos auto identificamos y reconocemos como Pueblos y Barrios Originarios.

AUTONOMÍA Y LIBRE DETERMINACIÓN
Los pueblos y barrios originarios tenemos el derecho a la libre determinación y como una expresión de ésta a la autonomía. Así como el derecho a participar en la toma de decisiones, a  la consulta indígena y a nuestra representación política; el derecho a preservar la integridad de nuestras tierras,  territorios y recursos naturales; así como la restitución, reparación y retribución de los mismos; y a gozar de los derechos culturales para preservar nuestra identidad y patrimonio.

NUESTRO PRINCIPIO RECTOR: EL DERECHO A LA CONSULTA INDIGENA.
Exigimos que en la Constitución Política de la Ciudad de México, se garantice nuestro derecho a la consulta Indígena, de acuerdo al 6 artículo del Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Esta Consulta deberá realizarse por parte del Estado, cuando se prevean ejecutar acciones y medidas administrativas o legislativas que nos beneficien o afecten. La cual, deberá ser el instrumento preferente, vinculante y con carácter obligatorio en la toma de decisiones de todos los niveles de gobierno.
Así mismo, es importante señalar que dicha Consulta no es la que defina el gobierno, sino que debe ser de acuerdo a nuestros propios mecanismos y formas de representación y organización, y debe ser previa, libre, informada,  de buena fe y bajo nuestros procedimientos. Además, es nuestro derecho otorgar o negar el Consentimiento, cuando estas medidas administrativas o legislativas pongan en riesgo nuestra continuidad histórica, territorio, tierra, recursos naturales y patrimonio cultural material e inmaterial.

NUESTROS DERECHOS COLECTIVOS
El Gobierno de la Ciudad de México, la Asamblea Legislativa, el Tribunal Superior de Justicia, las demarcaciones territoriales, así como los órganos autónomos en el ámbito de sus competencias, actuales y los que defina la Constitución, deberán garantizar los siguientes derechos:
Decidir y ejercer nuestras formas internas de gobierno, nuestros propios sistemas de participación, elección y organización social, económica, política, educativa y cultural, a través de las diversas formas y ámbitos de autonomía comunal y regional. Así mismo, a nuestra libre asociación y coordinación.
Elegir en las demarcaciones territoriales a nuestros representantes Concejales;
A la aplicación de nuestros sistemas normativos internos para la regulación y solución de nuestros conflictos en la jurisdicción propia, respetando la interpretación intercultural de los derechos humanos y los principios generales;
Al acceso, uso, usufructo, disfrute, protección y conservación de nuestras tierras, territorios, recursos naturales, medio ambiente sano y biodiversidad; especialmente al AGUA;
A preservar, desarrollar, controlar, difundir y promover nuestro patrimonio cultural material e inmaterial;
A la administración de nuestros panteones;
A la restitución, respecto de nuestros bienes culturales, intelectuales, religiosos y espirituales de que hemos sido privados.
Al ejercicio, fortalecimiento y desarrollo de nuestra medicina tradicional  y nuestros sistemas de salud comunitaria;
A la preservación y recuperación de la Lengua Materna, el Náhuatl a través de la implementación de política pública para tal fin.
A adquirir, desarrollar, operar y administrar medios y sistemas de comunicación, difusión,  propios;
Al reconocimiento y protección de las mujeres de nuestros pueblos, a través de normas, políticas y acciones que garanticen el desarrollo y la igualdad de oportunidades en los ámbitos económico, laboral, social, cultural, político, educativo, civil, rural y agrario;
A que la normatividad en la materia, garantice nuestra representación política   en los cargos de elección y representación popular;
Y que los partidos políticos y organizaciones políticas, bajo los principios del pluralismo político y cultural, garanticen nuestra participación para el acceso a los cargos de elección y representación popular de los mismos.

COMUNIDADES INDÍGENAS RESIDENTES

Reconocemos a todos los pueblos indígenas originarios del país, del Continente Americano y del mundo como nuestros hermanos, igual que  nosotros han enfrentado la invasión, despojo, exclusión y discriminación. Así como nosotros, han vivido la resistencia y encabezado los procesos de descolonización, llevando a los organismos y cortes internacionales la exigencia de reconocimiento de derechos colectivos. Logrando consensos que se han traducido en marcos jurídicos y políticas públicas.
La Ciudad de México, tiene una vocación de origen, cimentada en la diversidad cultural, reconocemos en nuestros hermanos indígenas de todo el país y residentes, su contribución a la riqueza humana de este mosaico social, plural y diverso, vemos en ellos parte de nuestras raíces nacionales y de nuestras luchas sociales, culturales y políticas.
El sistema político y económico alimentado por el neoliberalismo rapaz, ha encrudecido la pobreza de sus pueblos y comunidades, y los ha expulsado de sus lugares de origen. Por ello, pugnamos por el pleno reconocimiento jurídico de su presencia, sus formas de organización y por la aplicación de políticas públicas para su desarrollo pleno, así como la garantía de su inclusión en la vida política de nuestra Ciudad.

SUMAR PARA PERMANECER

De la misma forma, reconocemos a todos aquellos movimientos sociales, civiles y ciudadanos que han construido con su ser y hacer la grandeza de esta ciudad. Aquellos que trabajan día a día, y muchas veces a contracorriente, por todas las causas que son el motor de esta  megalópolis.
Hacemos una invitación y un llamado fraterno al reconocimiento mutuo, al dialogo, a la construcción de consensos, a soñar, diseñar y a ser la soberanía de esta Ciudad. Escribamos unidos la constitución. Hagamos posible el reconocimiento de todos nuestros derechos y una realidad la Ciudad por la que vivimos y a la que deseamos transformar.
Redacción y Revisión: Fabiola Poblano, Néstor Rangel, Rafael Castelán, María Guadalupe Salomo, Juan Cervantes, Flavio Guzmán López, Edmundo López de la Rosa, Marcos Cazares, Clara Reséndiz, Lupita Chaparro, Felipe González, Agapita Nava, Jacobo Corona, Fernando Palacios. Integrantes de la Comisión de Seguimiento de la Convención de los Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México.



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